martes, 22 de julio de 2008

Nostalgia generacional

Escribí la luna en 2003 y 2004, la crisis de 2001 pudo ser un detonante. Adoro a David Bowie y me estremece el tema Space Oditty, supe este domingo que lo escribió… no sé cuando pero lo usaron para transmitir la llegada del hombre a la luna, al igual que Wonderful World; aunque este es triste, al estilo del capitán Beto, sólo en el espacio, un destino humano inhumano por la soledad. Yo celebro el tibio escepticismo de los personajes de la luna. El mundo cambió, la URSS ya no existe, quien lo hubiera dicho, no?.


Cuerpos de Hielo y Aire Líquido
Estos dos textos escritos en 2005 y 2006 y corregidos durante 2007 durante una tutoría con Alejandro Finzi, hablan, parafraseando a Mempo Giardinelli, del desastre ecológico y social provocados por la minería a cielo abierto y la soja, que siguen destruyendo las tierras y el trabajo de pobres y explotados de todo el país, los que son expulsados de sus tierras.
En Aire Líquido, se trata del mundo del trabajo al costado de la ruta. “La ruta es el río del diablo”, un mundo de contrastes y velocidad. Los camiones, la gomería, la lonería son el paisaje. Aire Líquido es un camionero, homónimo de lo que reza su camión. El pecoso, que no va a la escuela, se alcoholiza y mete fuego a los campos cuando puede, sólo pide huir subido al camión de Aire, mientras su hermana adolescente, Jacqueline, espera un bebé, también de Aire.
En Cuerpos de hielo, como se llama a los glaciares que viven dentro de la montaña, la polaca, quien ya se salvó siendo niña del cianuro de los nazis, es hospitalizada intoxicada por exceso de metales en el cuerpo. Su salud padece los efectos de la explotación minera a cielo abierto que se ha instalado muy cerca de sus tierras. La internan en un hospital público junto a una adolescente que viene de una reserva andina, y lleva en su vientre a un bebé sin cabeza; debido también al exceso de metales del padre.
Los hechos están ficcionalizados, pero son tomados de la realidad.

lunes, 24 de marzo de 2008

Suspensión - intensidad y potencia

Hay dos variables inequívocas que actores, directores y performers conocemos: la intensidad y la potencia de lo que sucede. Este es mi punto de partida en cualquier trabajo con los actores, y también cuando escribo.
Si me preguntan de qué teoría tomo esta doble entrada, tal vez sea una síntesis de mis lecturas de fenomenología, filosofía del lenguaje y poesía. Si el lenguaje es esa caja de herramientas de la que habla Wittgenstein, hay que hacer uso.
Intensidad es para mí lo que vive del propio estado presente; es lo efímero y anhelante. Se puede captar pero no capturar; y al igual que un acto reflexivo o una palabra, importan el antes y el después de esa intensidad que encierra el misterio y la fascinación de lo que no se desarrolla, ni volverá a ser.
La potencia por el contario, encierra la virtualidad de lo suscitativo, de lo que puede desarrollarse y mostrarse. Algo es potente, porque contiene el germen de sus desarrollos ulteriores.
En estas dos variables también se juegan otras entradas: lo visible y lo invisible; lo quieto y lo inquietante.
Además, según lo sugieren unos y otros, tenemos que partir de algo físico sobre lo que se pueda sobreimprimir.
Para ello, he probado en diferenciar, de forma arbitraria tres estados del cuerpo: control, descontrol y suspensión; este último es el que me parece de mayor irradiación o teatralidad. Cuando algo se suspende, se activa el deseo de ser atravesado por algo más.

Creo que los finales de mis obras intentan sobrevolar y permanecer en este estado de suspensión.


Ana maría, estuve pensando a pesar mío, 2003
(…)
Estoy afuera, ya me fui.
No estoy aquí. Me fui (...) de vacaciones.
Le apagan la luz.
Pausa.

Gracias.

Elsa y Anita, 2004
(…)¿usted cree que es posible? Es posible. No nos moleste... ya se lo dije. Una noche.
Anita saca un atado de cigarrillos del bolsillo, enciende uno, le da unas pitadas y lo apaga. Va a reunirse con Elsa. Alguien tararea la canción que escucharon a la tarde en la radio, de golpe se detiene. Oscurece. Se escuchan pasos cansados en la madera crujiente. Detrás, el mar enorme.

La luna, 2004
Ed- ¿Así está bien Rosa?
Rosa- Sí.
Ed- ¿Está bien?
Rosa- Sí.
Ed- Yo también. (sentándose otra vez) En la oscuridad también se está bien... ¿qué dice?
Rosa- Sí.

El lugar queda a oscuras, los cuerpos en el sillón y el disco que da vueltas a un volumen muy bajo. De pronto un resplandor los ilumina, un sonido los atraviesa. Están quietos, relajados, Rosa tocando la rodilla de Ed; él hundido con los ojos casi blancos.

Sarco, 2005
(…)(El detective busca un plato con arroz, lo golpea en el piso y espera).
Sarco (desde la comisaría, mientras ordena y limpia)- pss... Olmo... si encuentra a mi perro ¿podríamos vivir aquí?
Fin